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El movimiento de la bicicleta de bambú
Por Aalvaro Espa
Hace varios años, ingenieros y artesanos comenzaron a fabricar bicicletas de bambú. En aquel entonces, parecía un proyecto ecológico inusual. Ahora se ha convertido en algo real que combina tecnología, habilidades tradicionales y preocupación por el medio ambiente.
La gente ha construido con bambú desde hace siglos porque es resistente, flexible y crece rápidamente. Aguanta golpes sin romperse, y no es necesario someterlo a un procesamiento que consume mucha energía como el de los metales. Si se hace bien, un cuadro de bicicleta de bambú funciona igual de bien que el de aluminio, pero pesa menos.
En países como Ghana, Filipinas y Colombia, las tiendas de bicicletas de bambú han empezado a aparecer por todas partes, no solo como negocios comunes, sino como iniciativas comunitarias. Enseñan a los jóvenes a construir, ensamblar y reparar bicicletas. Una sola tienda puede producir cientos de cuadros al año. Algunos de estos programas incluso regalan bicicletas a precios económicos o gratis a niños de zonas remotas que, de otro modo, tendrían que caminar una eternidad para llegar a la escuela.
Aquí están sucediendo muchísimas cosas buenas. Las bicicletas de bambú son buenas para el planeta, pero también les dan a las personas más control sobre sus vidas. Crean empleos en el barrio, reducen la contaminación y facilitan el desplazamiento. Empresas de Europa y Estados Unidos también se están sumando, ya sea introduciendo cuadros de bambú o fabricando los suyos propios, combinando un diseño sofisticado con materiales que no dañan el medio ambiente.
Todo esto es aún muy pequeño comparado con el enorme negocio mundial de bicicletas, pero verlo crecer nos muestra cómo se ve la innovación cuando realmente se preocupa por las personas y el planeta. A veces, las ideas más brillantes no consisten en inventar algo completamente nuevo. A veces, simplemente se trata de darle una nueva perspectiva a algo que ha existido desde siempre.
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